Lunes

0
lunes, julio 28, 2014
Que por qué uso un lunes para escribir sobre el domingo, diréis.
Pues muy sencillo, porque el domingo es como ese niño al que de pequeño le dicen que es malo, tiene la etiqueta puesta y mientras la lleve a todas partes no dejará de ser eso, aunque en esencia no lo sea.
Al domingo le pasa lo mismo, si no sabes en el día que vives seguramente el domingo pasará desapercibido para ti pero si eres consciente de que estás viviendo un domingo, oh no, ya estás predispuesto a la melancolía, el aburrimiento, a echar de menos, a echar de más... vamos, a estar de domingo.
Porque el domingo se ha convertido hasta en un estado, en un sentimiento... que no es bueno, pero tampoco es tan malo como estar de lunes.
Si ayer hubiese querido escribir sobre los domingos no hubiera podido, de hecho, he de confesaros que lo intenté. Y no, no pude. Porque estaba de domingo, sin ganas de hacer nada y con toda mi intensidad en el punto más alto, llovía a cántaros dentro de mi cabeza: ideas, pensamientos, personas... como a diario, pero con un tono más gris, porque era domingo. 
Os estaréis preguntando: y qué puedo hacer si me entra un ataque de domingo? o lo que es peor, qué hago si me ataca el domingo directamente?
Pues, usando mi sinceridad aplastante, os diré que, o tienes la habilidad de vivir atemporalmente sin noción del tiempo y el espacio, o lo único que puedes hacer es aprender a reconocer que tu estado mental y emocional es como es porque efectivamente, es domingo, y que en cuanto sea lunes, desaparecerá.
También puedes aprender a no poner etiquetas, y vivir cada momento como si fuera único, independientemente del cómo, cuándo, dónde, por qué y con quién; pero eso, es mucho más complicado.

0 comentarios:

Vistas de página en total