Más que agua

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miércoles, diciembre 12, 2012



Es como cuando estás tumbada en la bañera y quitas el tapón con el pie, cierras los ojos y escuchas como el agua se va lentamente, sientes como te desnuda poco a poco, como te abandona y te quedas sola, fría, limpia, inerte… y lo disfrutas, disfrutas de su huída. 

No quieres levantarte y cada vez estás más fría, más sola… descubres que aún queda agua bajo tu espalda y no quieres dejarla escapar, pero se va… y ahí te quedas tú escuchando el silencio.


Reticente te levantas y abres la ducha para volver a sentir el calor, ese calor efímero que no te aporta lo mismo que el agua que se fue, pero te reconforta y te vuelve a hacer sentir viva.

 Y entonces eres tú la que apaga ese agua, no lo aprisionas, dejas que se marche por donde vino.

Y sales mojada. Y sigues con tu vida.

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