En blanco

0
lunes, febrero 17, 2014
Cuando tenía cuatro años le pidieron que dibujara un árbol, cuando lo pintó de morado y azul le dijeron que estaba equivocada. Ella no entendió nada.
La siguiente vez que le pidieron que dibujase un árbol decidió fijarse en el árbol que estaba pintando Elena, ese que la profesora tanto había alabado e incluso había colgado en la pared de la clase. Pintó un árbol perfecto, un árbol con su tronco marrón, sus hojas verdes e incluso algunas manzanas rojas; un árbol exactamente igual al resto de árboles que habían pintado sus 23 compañeros.
Cuando a los ocho años le pidieron que dibujara su animal favorito, ella dibujó un unicornio; un unicornio precioso, verde y rosa, con trenzas en las crines y lunares en la cola. Aunque le dijeron que el dibujo era muy bonito, no pudieron resistirse a decirle que estaba equivocada, tenía que dibujar un animal real. La siguiente vez que le pidieron que dibujase un animal, ella dibujó un perro, el mismo perro que dibujaría el resto de compañeros que se habían reído de ella cuando vieron su unicornio. Un perro marrón, pequeño, de orejas largas y ojos grandes; ese perro.
A los doce años le pidieron que dibujase un sueño, nadie entendió por qué ella entregó un papel en blanco.

0 comentarios:

Vistas de página en total